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La Geometría de la Conciencia

La Geometría de la Conciencia

Subsuelo explanada


Por Adriana Valdés

La obra de Alfredo Jaar, ubicada bajo la plaza frente al nuevo Museo de la Memoria, tiene varios rasgos que conviene destacar: Es una obra autónoma, que por su emplazamiento se vincula con el Museo y se entiende en relación con él: su contexto es el Museo. Ofrece una experiencia distinta y complementaria. No la historia ni los datos, sino la exploración abierta y compleja de pensamientos y sentimientos, a la manera de un poema.

Es una obra subterránea, opaca: el edificio transparente del Museo se despliega en el espacio, hacia lo ancho y hacia lo alto; la obra crea un espacio diferente, al que se debe bajar, y con eso sugiere otro tipo de recogimiento y otro tipo de experiencia, que se suma a la del museo y la potencia de manera distinta.

Es una obra que, contra la mirada distraída con la que se suele recorrer los museos, pide al espectador unos minutos de su tiempo para ofrecerle una experiencia multisensorial, que va a rodearlo, y que pueden vivir y apreciar todos, desde los niños hasta los adultos, desde los menos informados hasta los más informados.

Es una obra que se produce con la luz y la oscuridad: sensorialmente, y también en el conocimiento y el pensamiento. El espectador debe entrar a un espacio cerrado, quedarse unos minutos, ajustar su vista, y vivir corporalmente la intensificación y la desaparición de una intensa luz. Esta es una condensación, una metáfora, que evoca la presencia y la ausencia al mismo tiempo, y desencadena un conjunto de asociaciones y de pensamientos que varían según cada uno, pero se centran en el tema de la presencia, la desaparición y la memoria.

Las 500 siluetas, todas reconocibles e identificables, que aparecen y desaparecen en la obra, son las de chilenos y chilenas; una gran proporción de ellas corresponden a los detenidos desaparecidos, pero otras son de personas vivas. No crea una marginación de las víctimas. La obra trabaja con la pérdida sufrida por todos a causa de los crímenes cometidos durante la dictadura: todos, los desaparecidos y los que quedan. Se refiere a la pérdida para la vida del país, y se abre a la experiencia humana universal de la muerte, la desaparición, el recuerdo y la presencia.

La obra trabaja con siluetas y no con imágenes fotográficas, pues estas se encuentran en el Museo.

La luz proviene desde dentro de las siluetas. Es desde ellas, desde el conjunto que forman, de donde viene cualquier comprensión o interpretación posible; esto pone al espectador (y al artista, por qué no) como un deudor de la intensidad que crea la presencia evocada de esas personas.
Evocar a la vez la presencia de los muertos y la de los vivos sugiere el compromiso histórico actual que significa la memoria: es la construcción conjunta del futuro la que está pendiente, y no sólo el lamento del pasado.

La multiplicación infinita de las siluetas, y el modo cómo se acentúa y disminuye la luz que proviene de ellas e ilumina el espacio oscuro, crea a su vez una sensación de la inmensidad inconmensurable de la pérdida que significa la desaparición de las vidas humanas, tanto para las personas como para la colectividad.

En resumen: “Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido…” (frase robada al poeta Ernesto Cardenal). La obra trabaja la conciencia de inmensidad de la pérdida con la potencia de un poema. Los espectadores, cada uno a su manera, se enfrentan a sentirla y pensarla en todas las dimensiones que adquiere, no sólo en el dolor de los directamente afectados, sino en los efectos para la vida de toda la sociedad chilena. Geometría de la conciencia se pone en el contexto del deber ético, todavía en proceso, de asumir y procesar la pérdida producida por la violencia ejercida por la dictadura en nuestro país.

Alfredo Jaar

Alfredo Jaar es un artista, arquitecto y cineasta que vive y trabaja en la ciudad de Nueva York.  Nació en Santiago de Chile.

Las obras de Jaar han sido expuestas ampliamente a lo largo del mundo.  Ha participado en las Bienales de Venecia, Sao Paulo y también en Documenta in Kassel.  Importantes exhibiciones individuales incluyen The New Museum of Contemporary Art, Nueva York; Whitechapel, Londres; The Museum of Contemporary Art, Chicago; The Museum of Contemporary Art, Roma; and Moderna Museet, Estocolmo.  Una gran retrospectiva de su obra tuvo lugar en el verano de 2012 en tres instituciones en Berlín: Berlinische Galerie, Neue Gesellschaft fur bildende Kunste e.E. y Alte Nationalgalerie.  En 2014 el Museum of Contemporary Art Kiasma de Helsinki presentó la retrospectiva más extensa de su carrera.

Jaar ha realizado más de sesenta intervenciones públicas en todo el mundo.

Más de cincuenta monografías y ensayos han sido publicados sobre su obra.

Fue becado por Guggenheim en 1985 y por MacArthur en 2000.

Su trabajo puede encontrarse en las colecciones del Museum of Modern Art y el Guggenheim Museum, Nueva York, the MCA en Chicago, MOCA y LACMA en Los Angeles, el Tate de Londres, el Centre Georges Pompidou en Paris, el Centro Relnasofa en Madrid, el Moderna Museet en Estocolmo, el Louisiana Museum of Modem Art en Humlaebeck y decenas de otras instituciones y colecciones privadas internacionales.


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