En plena dictadura, un hombre llega hasta el frontis de la Catedral de Concepción y realiza gritos desesperados respecto a la detención de sus dos hijos militantes de las juventudes comunistas: “Que la CNI devuelva a mis hijos”. La gente, que por ahí transitaba, miraba atónita la escena.
Carabineros intenta detenerlo, pero el hombre rocía con bencina su cuerpo y se prende fuego corriendo envuelto en llamas hacia la plaza de armas. A las pocas horas moría aquel padre que clamaba por saber el paradero de sus hijos y pedir su libertad.
Este acto coronó muchas atrocidades que estaban sucediendo en Chile: detenidos desaparecidos, torturados, mujeres violadas.
Así nacería el “Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo”, un movimiento que llamará la atención a la opinión pública chilena sobre la práctica sistemática de la tortura en los centros de detención de la época.
Su fundador, el jesuita José Aldunate, junto a los hijos de Sebastián y a otros miembros de este movimiento profundizarán en esta historia.