Los dibujos y acuarelas de los prisioneros políticos pertenecientes a la Colección del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos fueron, según sus propios realizadores, un medio de expresión de la experiencia extrema de cautiverio a manos de distintos organismos del Estado en los largos años de la dictadura.
Dibujar con los precarios recursos que se tenía al alcance en los diferentes lugares de reclusión a los largo de nuestro país, significó para los detenidos un gesto de rebeldía, un acto de sobrevivencia, un registro del vivir cotidiano privados de libertad, una forma de exorcizar el miedo y la incertidumbre. Pero hoy permanecen también como un testimonio visual de lo visto y lo vivido por muchos hombres y mujeres injustamente encarcelados, atropellados, martirizados, durante el más infausto período de la historia nacional.
Reunirlos en este libro junto a los relatos de sus circunstancias de realización es una iniciativa que contribuye a la memoria histórica para el Nunca Más.